La Prisión Dorada

Hablemos sin tapujos. Muchos periodistas pagarían por entrevistarte hoy. Me refiero a los periodistas ingleses. Pero si tú fueses periodista, ¿estarías orgulloso u honrado por entrevistar a ese personaje llamado Morrissey?
(risas) ¡Me sorprendería! Pero eso de experimentar orgullo o estar horado, es un poco fuerte. Creo que será simplemente feliz. Mucha gente que pertenece a esta casta de la música pop son muy difíciles de entrevistar porque no tienen nada que decir. Hoy, el papel de un periodista es persuadir  a su público de lo contrario. Cuando me decido a leer una entrevista, si en el mejor de los casos la termino, no aprendo nada porque no hay nada que aprender de esas bandas o artistas.

¿Piensas en alguno en particular?
¡En la mayoría! (repite la frase tres veces con despecho). Es un síntoma de la época en que vivimos. La tendencia es ser simplista. No me atrevería a dar una lista, en todo caso ésta sería demasiado larga (risas). Tú sabes a quien me refiero.

¿Hay, de todas formas, alguien que te haya impresionado en los últimos encuentros?
Soy un gran fan de la música. He conocido a la mayoría de la gente que admiraba o a la que simplemente quería conocer y debo decir que no me gusta en absoluto esta cuestión. Creo sinceramente que es preferible establecer distancias físicas. ¿Por qué? Porque así te proteges contra las decepciones que estos encuentros pueden provocar. Es mucho mejor vivir con la imagen o el universo de aquel a quien adoras. Muy frecuentemente estas personas se acomodan muy mal a aquello que tú estás en tu derecho de confiar...de esperar. Sé muy bien, que adoptando este tipo de comportamiento puedo tener algo de magnífico...o de horrible. Estas gentes puede que sean muy amables e interesantes, pero yo no le veo la gracia a correr el riesgo de sufrir. Soñar es mucho más agradable que chocar contra la realidad. El sueño es un refugio, como lo es el tener corazón.

Al escucharte hablar, das la impresión de que has tenido numerosas crisis por decepción
En absoluto. Los encuentros que he tenido puede que nunca hayan estado a la altura de aquello que yo había vivido o deseaba vivir. Esto es, ni más ni menos, lo que yo denomino la tragedia del fan. Piensas siempre que la gente a la que escuchas es tan maravillosa en la vida común como a través de lo que cantan o componen, pero  ésos son los casos más raros. Cuando los ves en la televisión o en el escenario, ellos te parecen grandes o enormes, pero cuando te los encuentras en la vida diaria, son tan pequeños, pequeños, pequeños...

La soledad, en sí misma, ¿es un refugio?
He tratado de hacerla un refugio. A mis treinta y ocho años, llevo mucho tiempo solo (silencio). Hoy todavía considero que vivo una soledad...suntuosa (silencio)

Pero esa noción de la soledad, ¿no es la misma a los treinta y ocho que a los veinte?
Mientras eres joven, te aterroriza estar solo. La soledad te pesa y no piensas que vas a salir de ella, te preguntas todos los días cuándo terminará. A veces, no llegas a desembarazarte de ella. A los treinta y ocho, la concepción es distinta. Has aprendido a vivir así y no buscas librarte de ella a toda costa. Después de todo, debe ser algún tipo de resignación, pero no creo que sea dañina. Ya no te preguntas ¿por qué estoy solo? ¿Por qué no salgo nunca? etc. ya no te haces estas preguntas, te adaptas. Vivir solo no significa vivir en la nada.

Mucha gente piensa que eres un auténtico asceta. ¿Eso es real o es simplemente la imagen que buscas dar para protegerte?
Esa es, efectivamente, la realidad, pero yo no soy en absoluto asocial. Estoy vivo (risas). Adoro, por ejemplo, hacer deporte. No soy Oscar Wilde. No paso todo mi tiempo en mi jardín con las flores entre las manos cuestionándome preguntas existenciales. ¡Amo la vida! De hecho, no me asusta nada. Llevo a mis espaldas todo ese tipo de cosas y lucharía en vano si intentara ir desmintiendo cada uno de esos rumores: cada vez, uno nuevo sustituirá al anterior.

Estos ataques son muy duros. ¿Has tenido alguna vez la sensación de ser perseguido?
(Risas) Los medios de comunicación ingleses, principalmente, toman represalias, una especia de pequeñas venganzas. Esa es la actitud típicamente británica. Soy una víctima, pero no me comporto como tal, me ignoran totalmente desde un punto de vista musical pero, por el contrario, han dicho de mí que soy racista, que soy el diablo...Y ya no me acobardan. Me persiguen con esas historias, actitud que yo considero muy sospechosa. Con cada nuevo álbum, siempre son más fuertes y señaladas. La gente que escribe esas cosas debe tener una opinión bastante mezquina de ellos mismos. Lo único bueno que tiene, es que me distingue de todos los que están en el mundo musical hoy en día. Ninguna persona ha sido atacada como yo y no tengo otra cosa que decir más que muchas gracias, es maravilloso. Algún otro artista pop británico ha sido atacado, pero jamás se ha diabolizado a un artista hasta este extremo. En todo caso, eso me da la sensación de ser único.

Cada vez limitas más tus apariciones en público, ¿piensas que han sido demasiadas en otros momentos de tu vida?
Desde luego. En los años ochenta di demasiadas libertades a la prensa. Diez años después sufrí un terrible calvario porque siempre hacía las eternas preguntas a las que tú tenías que dar sistemáticamente las mismas respuestas. Más que a entrevistas, tenía la impresión de estar contestando a auténticos interrogatorios. Los periodistas cambiaban, pero no sus preguntas: ¿Se reunirán The Smiths? ¿Cuándo se van a reunir The Smiths? ¿Has visto a Johnny Marr últimamente?...Puedes imaginar que, en estas condiciones, no tendrías ningún deseo de jugar tal juego. Eran preguntas pegajosas. No les interesaba qué pasaba en ese momento que había comenzado mi carrera en solitario y, cada vez que me entrevistaban, siempre, siempre, siempre aparecían las eternas preguntas sobre The Smiths. Al principio me sentía engañado y, luego, me di cuenta de que respondía de una forma muy monótona: si, o no, a todo lo que me preguntaban, por lo tanto decidí terminar con ello. Voy a serte muy franco, hoy en día no existe ninguno, digo bien, ningún periodista inglés con el que me apeteciera entrevistarme: conozco demasiado bien todas esas preguntas sobre el sexo de los ángeles, que no me van a aportar nada.

Pero, aparte de esta prensa de la que hablas, ¿es lo mismo en los respetables diarios de Gran Bretaña?
por supuesto. Son tan sólo periódicos venenosos que no saben canalizar su odio, un odio primario y desmesurado. Yo no me expreso así sólo porque ellos no apoyen mis discos (risas). ¡Respecto a esto, no spy en absoluto revanchista! Simplemente abramos los ojos.

Evitando hablar con los medios de comunicación, tú juegas claramente con cierta noción de misterio. El concepto de misterio que crea los mitos.
No busco crear un mito Morrissey. Las cosas llegan naturalmente y yo no tengo ninguna influencia sobre ellas. Sé que no me prodigo mucho en los medios, pero ahí están mis discos. También sé que vendo muy poco, que las radios no emiten mis temas y que, aquí en los Estados Unidos, la MTV no ha programado ni uno de mis videos. Curiosamente, todo el mundo conoce a Morrissey. Debo realizar el esfuerzo de avanzar con mis propios medios. De esta forma,  de mi casa de discos no ha venido nadie a decirme: Escucha Morrissey, catapultaremos tu nuevo single. Vamos a hacer esto o lo otro...Incluso hoy en día, grabar un disco o comenzar una gira es una historia personal. Y puede ser la mejor actitud para perdurar, para no desaparecer.

¿No te preocupa el hecho de no vender muchos discos?
Comparándome con ciertos grupos no vendo ni un solo disco. No lo escondo. Pero el hecho de vender toneladas de discos, ¿te haría feliz? ¿Es suficiente vender muchos discos para que tus canciones pervivan? No me convence. No tiene sentido. Sé que si alguien se compra un disco, lo va a escuchar.

¿Eres consciente de las emociones y estados de ánimo que provocas en tu público?
Sí, parecen muy fuertes. Es muy agradable (risas). Creo que se debe a  la forma en que canto. Puede ser por hablarles de forma real y sincera. Este no es el caso de todos los cantantes pop. La mayor parte de ellos son artificiales, mantienen poses vulgares. Muchos se comportan sobre el escenario como si estuvieran delante de la ventana de su habitación. Yo tengo algo de verdad y ésa puede ser la respuesta a que mis discos no se emitan en la radio. ¿Qué está hoy de moda? Todo lo que sea encantador, ostentoso y sintético. Yo canto lo que soy y solamente  aquello que soy.


Pero, ¿todo lo que ves o te gusta es incomprendido?
No he querido jamás formar parte de un mundillo determinado. A la vista de lo que llevo vivido hasta ahora, tiendo a llevar más lejos esta actitud. Estoy totalmente fuera de éso de la música independiente, las corrientes, las frivolidades,... Estoy a mil kilómetros de todo eso, lo cual es poco frecuente. Hay muy pocos artistas que adopten este tipo de comportamiento. Diría que dicho principio se ha convertido en una regla vital. Los festivales de caridad no son para mí. Detesto que me inviten. Todo el mundo sabe que no me fío y que prefiero apartarme de ese círculo. Es una cuestión de dignidad. Pueden detestarme o adorarme, poco importa. Lo importante es ser único y estar fuera de toda manifestación o comportamiento de masas. Los mejores mundos son exclusivos. Soy perfectamente consciente de que esta actitud es muy difícil de mantener y que me perjudica.

Estas normas de vida, ¿serán todavía posibles dentro de cinco o diez años?
Todo lo lejos que pueda llegar, mantendré esas regla. Cada año que comienza puede ser el último. Sobre todo, no veo que se pueda asociarme a ese mundo risueño de la pop family. Ese ambiente envuelto en un verdadero espíritu de competición, donde todo el mundo de teme y se observa. Yo no podría acabar como Mick Jagger, desconfiando de las supuestas amistades que me rodean y que acechan al menor paso en falso. La familia pop pretende ser dichosa. ¡Ese clan y ese club donde tenemos la oportunidad de estar reunidos y que es magnífico! (Morrissey imita los gestos de un director de orquesta con una sonrisa irónica) Francamente no, gracias.

¿Esto es por lo que vives en Los Angeles?
¡Yo no vivo en Los Angeles!

Pero en el concierto de ayer dijiste: Es fantástico estar en casa
Era una broma (risas). Los siento (risas). El público lo lleva mal con mi sentido del humor. En serio, no vivo en los Angeles, actualmente estoy sin domicilio fijo. He vendido la casa de Londres y, ahora, no sé dónde me instalaré.

¿Te consideras un sin techo? (Le señalo el techo que nos rodea)
Pero este tampoco es mi apartamento (risas).

¿Escribirías si fueras feliz?
No, se está demasiado ocupado cuando se es feliz. Sin embargo, no soy demasiado infeliz en este momento. Digamos que no soy enteramente afortunado, pero ¿quién puede decir que lo es?

Has dicho habitualmente que tu carrera no duraría eternamente, mas todavía estás aquí.
Yo soy el primer sorprendido. En este mundo, las cosas van y vienen, nacen y mueren. Te casas, te divorcias, trabajas, te quedas en paro...Por ejemplo, estoy muy sorprendido con el éxito que he tenido en Los Angeles, aquí tengo un público detrás, aunque, una vez más, la prensa haya machacado mi último disco. El público ha respondido hoy.

Tocaste ayer en el Greek Theatre de Los Angeles y me fascinó la diversidad de público. Un público que yo calificaría de multirracial y de todas las edades. Nada que ver con tu público europeo.
Sí, es asombroso. Por contra, hemos tocado en otras ciudades estaunidenses en las que sólo había entre el público adolescentes que no dejaban de gritar y gritar. ¡En otra ciudad había una mayoría de gentes hispanas que nos seguían! Es extraordinario y me hace feliz tener esa constante. También hay gentes de mi edad que están ahí y escuchan, pero lo que es realmente importante para mí es ver a los jóvenes que vienen a verme. ¿por qué están  ahí?¿Cómo han conocido mi trabajo? ¿Qué les hace interesarse por mí? He llegado a la siguiente conclusión: mucha gente aún ama la música y no se contentan con lo que programa la MTV o lo que la prensa les incita a seguir con los ojos cerrados. Todavía hay gente inteligente. El objetivo de la industria del disco ha sido y seguirá siendo suscitar el interés por un cada vez más reducido denominador común, para poder obtener los mayores beneficios posibles. Todo debe estar masticado, simplificado, olvidando frecuentemente que todos estamos dotados de raciocinio.

A tu manera, ¿estás reinventando el concepto de artista underground?
Queda muy bonito lo de ser indie pero, por lo que yo entiendo del ejemplo americano, ser indie o alternativo no significa gran cosa. Inmediatamente te ves con derecho a tener artículos en las revistas de gran tirada, tu clip se difunde en la televisión,...Ese no es mi caso. Si la música indie no fuera popular, pocos grupos buscarían ser calificados como tal. Hoy, la tendencia de los músicos jóvenes es ser más arty. Hacer de la música algo en lo que parecen estar desinteresados, es una nueva moda. Va y viene.

Para tu último disco, has vuelto a cambiar de casa de discos. ¿hay que entender de esto que no has encontrado buena gente o que tú tienes un tipo de funcionamiento inestable?
Nunca he encontrado buena gente. Pero ha sido con el sello Parlophone donde tuve mi periodo más afortunado, fue una época muy sana. No puedo decir que hoy sea lo mismo. No he tenido ni un tema de éxito con ninguna canción de Maladjusted, tampoco he vendido miles de discos. Mucha gente se bloquea con Morrissey. Es un no constante: no se emitirán sus canciones. No se venderá tu álbum. Eso es lo que me reporta, una locura, mientras veo todas las mamonadas que ponen en la televisión o en la radio, todas las mierdas que  suenan en el Top 20. Pero así es la vida...o la muerte, según se mire.

En la época de Vauxhall and I, declaraste que no podías hacerlo mejor. Se correspondía con tu idea de la perfección. ¿Dirías hoy lo mismo sobre Maladjusted?
Pienso que es un disco perfecto, que refleja exactamente lo que soy hoy. Es un álbum perfecto en espera del próximo (risas)

¿Tienes confianza total en los músicos que te acompañan y que son frecuentemente desprestigiados?
(Dudas) Una confianza total no. Pero tampoco creo que ellos tengan esa confianza en lo que hacen. Siempre hay errores y erratas, sin embargo ésta es la forma en que yo concibo la música pop: pegajosa, aproximativa, mal hecha, retorcida, turbia y ruidosa. No me interesa relacionarme con músicos que estén limpios de esto, pequeños muñecos que se contentan con tocar de la forma más correctas que saben. Eso sería muy aburrido. Lo que haces en directo debe distanciarse de lo que haces en el estudio. Me encanta subirme al escenario preguntándome que me va a pasar, cómo será el concierto...Si todo va a la prefección, vivo un calvario.

¿No buscas desconcertar al público?
No, sinceramente. Sé que algunos preferirían que todo fuera un cuento de hadas, pero no lo es, deberían fijarse más (risas). He leído recientemente una carta que me enviaron, diciéndome que debería estar avergonzado de prodigarme con tal grupo de rockers y que sería mucho más bonito que tocara con un grupo sinfónico. La gente  estaría sentada y me aplaudirían como en la opera. Mi respuesta es no, no y no. (risas)

En Internet hay un incontable número de páginas dedicadas a tí. ¿Te interesa?
Vivimos en un mundo moderno (risas). Si te soy sincero, no las he visitado nunca, pero he hablado con gente que han leído lo que está escrito sobre mí en Internet. Hace poco, me han dicho que habían averiguado que yo vivía en brasil. Aprovecho para desmentirlo, no vivo en Brasil (risas). A ese nivel, dejo de hacer las cosas.

Después de la muerte de la princesa Diana, Elton John ha reescrito esa canción que debes conocer, Candle In The Wind. Si te hubieran pedido que escribieras un homenaje a la princesa, ¿habrías escrito The Princess Is Dead?
No, no soy tan horrible, no habría escrito nada en absoluto. Lady Diana no me fascinaba para nada y soy incapaz de escribir sobre temas que no me interesen.

Hay un tema que resurge regularmente en tus canciones, el de la infancia. Si un día fueras padre, ¿qué nombres les pondrías a tus hijos?
Muy fácil, Morrissey 1, Morrissey 2, Morrissey 3...

¿Y si fuera niña?
(duda por un instante) Morrissette (risas)

¿Qué tipo de padre serías?
Sería un padre espantoso y muy estricto, no dejaría a mis niños salir de casa.

¿En serio?
Absolutamente. Me produciría placer. Sería como en Oliver Twist: ni comida, ni camas, ni cuarto de baño. El mínimo estricto.

Pero estamos en el siglo XX.
¿Qué importa? Me encanta revivir las cosas, es mi hobby favorito (risas).

regresar